Palabras para entenderse, el palabrero wayúu 

Dicen los que saben que Pájaro Utta era una persona. Cuando había una disputa entre la gente wayúu, era Pájaro Utta quien ayudaba a solucionar el dilema con su melodiosa voz. Si alguien resultaba herido, si había que determinar un pago, por ejemplo, Pájaro Utta establecía el valor que compensaba el asunto y todos quedaban satisfechos.

Pájaro Utta, como buen palabrero, sabía que su deber era llevar palabras adecuadas, correctas, que no aumentaran la discordia. A su vez, Pájaro Utta solo cobraba de vez en cuando y recibía collares a cambio de sus buenos consejos.

Cierto día Pájaro Utta fue bajando de categoría porque se dañó. Entonces la gente wayúu llamó a Choochoo, el pájaro carpintero.

Sin embargo la gente pronto sintió que había cometido un error. Choochoo era grosero, gritaba, respondía de mala manera. La gente lo imitaba y se daban malos tratos. Todos le tenían miedo y, además, se molestaban porque usaba amuletos y cobraba por todos sus servicios.

La gente wayúu esperaba de sus palabreros que escucharan con discreción y aconsejaran con prudencia. Después podían cobrar por solucionar los conflictos por medio de las palabras. Por eso, hasta el día de hoy, la gente wayúu recuerda a Utta por haber cumplido bien con su papel y asocian sus palabras al canto de los pájaros.

 

Sarakaana Püshaina, Irene Vasco (versión).